Esto es un pequeño ensayo sobre lo que creo que es la esencia de la vida, y como participan en ella la marihuana y la poesía en particular, son ideas que se me vienen a la cabeza de vez en cuando y que terminan de explotar cuando me enciendo un canutito y leo algo que me eleva:
La Naturaleza es una diosa suprema y como parte de ella todos somos dioses minúsculos que
realizamos cada día continuamente el único milagro que existe en la vida, que
no es sino la existencia de ella.
La marihuana
es una puerta de acceso al sentido, olvidando –no del todo- el pensamiento
racional. Y no siempre porque a veces es causa de reflexiones profundas. Pero
en ciertos momentos, el acto se convierte en un rito profano de exaltación, la
explosión de la dicha frenética del mundo. Y se produce una sinergia entre la
planta y tú, experimentando la elevación del espíritu, que sufre orgasmos de
vez en cuando, al encontrar el alma embargada la belleza de la Naturaleza y
sientes sentir la vida, te sientes vivo y eso exalta al cuerpo anhelante, ávido
de vida. Te encuentras a ti mismo, con el sentir, y parece inabarcable el
océano del alma, la turbación surge y el desaliento, ante algo que no tiene fin,
pues cambia. Todo es cambio, el cambio constante del Universo, eso es algo de
lo que se ocupa la física, este cambio constante e ininterrumpido afecta a lo
particular: a ti o a la brizna de hierba que parece acostumbrada al baile
suntuoso al que le invita el viento. A cada átomo de ti afecta ese cambio. Pero
no hay que ceder al desaliento ante lo inabarcable, sino explorar lo máximo
posible, gozando. Y en ese momento de ebriedad, no sólo de la hierba, también de la
percepción del propio espíritu, todo es tranquilidad y paz. Te das cuenta de
los otros entes, si se acerca un perro, unas manos invisibles salen de ti y
acarician ese algo invisible pero tangible que también posee él. Y no sólo con
el perro, sino con el árbol que reposado medita junto a ti, tú, que crees que
ese árbol no siente nada, que sólo está ahí.
Obviamente
la forma de recoger todo eso es la poesía, que es la forma de canalizar el
marasmo desbordante del alma y a la vez producirlo también. Dejándolo para la
eternidad, escrito de forma bella y misteriosa, porque el misterio es su
esencia. Es un patrimonio personal, pero también para el ser humano y por tanto
para el universo entero, la poesía es la respuesta confusa que le damos a este
último cuando nos hace llegar la vida. La prosa también, no es una cuestión de
géneros literarios, nacidos de clasificaciones racionales necesarias para
aprender conceptos –no hay que despreciar lo racional, hay que reivindicar el
sentir irracional del cuerpo y el alma-. No es un género, es una forma
inexplicable, el poso de nuestra existencia y experiencia.
La
poesía es el gemido que hacemos eterno cuando la Naturaleza, sensual, masturba
de forma sublime y sagrada el espíritu. Cuando nos unimos a la Diosa que es
madre, amante e hija.
"(...)
ResponderEliminarEsquirlas de aire
arcano indescifrable
en el jardìn de mis delicias
pertenezco a la brisa
inhalo la niebla
que flota en el ganges
el aceite de incienso
nos servirà de consuelo."
Es una parte de la canción de Opio de Héroes del silencio .
Como muchas grandes drogas , la marihuana te conecta al mundo de los susurros . A veces es un gran privilegio servirle a esta amiga como portavoz . Una vez leí algo que decía algo como : El universo no te susurra un deseo , sin la capacidad de cumplirlo . En algún momento de mi vida tan enganchada a esta droga tan llena de vida , hice cosas , pensé cosas que no podría haber hecho de otra manera . Por esto y por otras razones , el verde tiene todo mi respeto... ¡¡ Buen viaje fumadores!! Con resaca de humo , siempre acabas entre palmeras...y qué mágico¡
No soy consumidor así que no conozco esa sensacion. Sin embargo, me parece admirable que hayas encontrado palabras para definir algo que parece ser tan etéreo. Es mágico, como dice Karen.
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