Muro Je t'aime

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miércoles, 9 de abril de 2014

Sobre paseos bajo la lluvia

Bueno esto es algo que escribí hace ya algún tiempecito. No es tan literario como los de los demás pero a mi me gustó cuando lo escribí y espero que a vosotros también.

Sobre paseos bajo la lluvia.
                El día había sido agotador y no tenía ganas de continuar. Clase tras clase de absurdos principios abstractos habían logrado que creciera en mi estómago un agrio malestar, acrecentado por el cielo gris y la escasa luz natural. ¿Qué estoy haciendo?. Una pregunta simple sin una respuesta tranquilizadora, o que lograse disolver aquella agria sensación acumulada en mi interior.
Tumbado en la cama dejé pasar el tiempo mientras mi mente vagaba en tristes cavilaciones persiguiendo un mejor estado de ánimo, sin éxito. La sensación me apretaba, quería salir de mí, como si intentase ser vomitada. En esta tesitura, decidí dar un paseo con la idea de que un poco del aire fresco otoñal, combinado con la distracción de andar, me ayudasen a pasar aquel mal día.
Al bajar de mi casa y salir a la calle la repugnante sensación creció aún más. las nubes, grises casi negras, anunciaban una lluvia próxima, y privaba a mi paseo de los últimos rayos de sol. Después de mirar al cielo, mi cansada vista se posó sobre mi calle, alumbrada solo por charcos de luz proyectados desde las farolas. Aquella era una luz triste y amarilla, una luz apagada. El mundo entero parecía haberse cubierto con un manto de tristeza y amargura, frío y viento, gris y negro.  
Mis pies echaron a andar solos sobre los adoquines mientras mi mente se trasladaba a recuerdos de tiempos más felices, ahora teñidos del color de la nostalgia y la añoranza. Las pocas veces que levantaba la cabeza veía los coches oscuros pasar a toda velocidad, como si una gota de luz de aquellas farolas de mi calle atravesara la densa atmósfera negra.
Caminé durante mucho tiempo. Mis pasos me llevaron a calles que apenas conocía y nunca transitaba. Tratando de olvidar mis penurias, observé con atención las fachadas y terrazas, encontrando pequeños rincones que parecían alejados de la sensación que me abrumaba. Había espaciosas terrazas que asomaban a la calle las plantas depositadas en un tiesto; había pequeñas ventanas a través de las cuales se vislumbraba una pequeña lámpara estrellando su luz contra las cortinas; había buhardillas que podían ser el perfecto nido para una pesadilla… era tan diferente y homogéneo a la vez. Todo teñido por el mismo cuadro de fondo irradiando sus tristes sensaciones.
Mientras caminaba a solas con mis pasos, me sorprendió comenzar a escuchar otro sonido. Era un repiqueteo constante que pronto comenzó a hacerse visible mediante finas gotas de lluvia caídas desde las nubes. Me puse la capucha y continué el paseo. Toda la gente alrededor, que iba atareada de un lugar a otro, añadió más nerviosismo a sus habituales prisas. Vi a una mujer que, tapándose la cabeza con el bolso, echaba a correr calle abajo. Cruzándose con ella, un hombre alto y trajeado abrió un paraguas tan negro como mis pensamientos para protegerse del aguacero. Yo no podía evitar que el agua me empapara, y siendo sincero, lo consideraba adecuado.
La lluvia dio otro matiz al cuadro. El toque definitivo. Sentí la humedad en mi piel, y el olor me lleno los pulmones con un poder revitalizador. Ya no iba con la cabeza agachada. Quería ver aquel constante movimiento, esa caída sin freno. Cientos de miles de pequeñas gotas caían como minúsculas pinceladas para acabar el cuadro de las sensaciones.
¡Qué majestuosidad!. El fenómeno, tan corriente e incluso molesto para otros, había despertado algo en mi interior. Era una medicina para el alma cuyo efecto disminuía poco a poco la creciente enfermedad que se había elevado desde mi estómago.

Han sido muchos los días que esta enfermedad me ha atormentado. Para mí es un dolor transparente, la duda de saber si estoy haciendo lo correcto, o si, simplemente, sé lo que estoy haciendo. Quizás no sepa que estoy haciendo, pero si sé sobre paseos bajo la lluvia. 

2 comentarios:

  1. T_T ¡Cásate conmigo! A mí también me gusta la lluvia y las cenas con velas y champán.
    Y eso de que es "menos literario" es una chorrada, lo es tanto como lo de los demás.

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  2. Me encanta. Aparte de que adoro la lluvia, me parece literariamente precioso.

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